El majestuoso barco fue botado el 31 de mayo de 1911, iniciando el 10 de abril de 1912 el viaje inaugural entre Southampton y Nueva York.
En la mitad de Atlántico, el radiotelegrafista del Titanic recibió el aviso de otro barco, el California, advirtiendo de la presencia de icebergs en las proximidades. A las 11,40 de la noche, el vigía de proa dio la voz de alarma ante la presencia de una gigantesca masa de hielo. Pese a los intentos por variar el rumbo, era ya demasiado tarde, pues el Titanic navegaba a una velocidad de 22 nudos y medio.
El contacto con la proa produjo una brecha gigantesca, pero no la alarma entre el pasaje, pues la confianza en el barco era absoluta. Rápidamente se inundaron los cinco primeros compartimentos, construidos con una abertura en su parte superior. Pese a disponer de bombas capaces de achicar el agua, el mando del buque decidió utilizar las reservas de energía para mantener la iluminación y la radio, en espera de auxilio. Fue una decisión fatal, pues el agua avanzaba rápidamente, haciendo hundir 4 metros la proa del barco.
Entretanto, la tripulación intentaba acondicionar al pasaje en los botes salvavidas, sólo suficientes para la mitad de los pasajeros. Además, el pánico provocó que no se ocupasen muchas de las plazas previstas, permaneciendo en el barco 1.513 personas una vez que fueron bajados todos los botes.
A las dos de la madrugada, el Titanic se partió en dos grandes trozos.
Fueron muchos los que trataron inútilmente de no caer a las heladas aguas del océano, agarrados a las barandillas. En tan sólo dos minutos, el resto del barco se hundió a una profundidad de 4.000 metros.
En las dos horas y media, el mayor transatlántico del mundo se había perdido para siempre, y con él la vida de 1.523 personas. Sólo hubo 705 supervivientes.
El Titanic había sido construido con las más modernas técnicas conocidas en 1911, en la creencia de que los conocimientos científicos alcanzados por la Humanidad permitirían aunar la máxima seguridad con el mayor de los lujos, haciendo de la travesía entre Europa y Estados Unidos un viaje rápido, confortable y sin riesgos.
El Titanic medía 267 metros de largo, 300 metros desde la quilla hasta el puente y otros 30 desde el puente hasta lo alto del mástil, tan alto como un edificio de 11 pisos.
29 calderas, cada una con un peso de 100 toneladas, consumían 825.000 kilos diarios de carbón y permitían alcanzar una velocidad máxima de 23 nudos.
Además de asombrar por sus datos técnicos, el Titanic provocó la admiración de sus contemporáneos por su fastuosidad y lujo. Definido como un palacio flotante, era capaz de albergar a 3.547 pasajeros. En su primer y único viaje, se encontraban a bordo 2.228 personas, de las que 885 componían la tripulación.
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